lunes, 15 de febrero de 2010

Las características de la Web 3.0

Se entiende que la capacidad para comunicarse en tiempo real, vía web, a través de redes de personas con intereses similares, constituye el segundo capítulo de Internet. Dicho de otro modo, Web 2.0.
Pero, según dice Michael Fleischner en Marketingscoop, ya aparece en el radar la web 3.0 en todos los sitios que están tomando en cuenta la conducta del usuario para definir la experiencia online que le van a dar. La Web 3.0, dice, consiste en mejorar la experiencia de los visitantes y ayudarlos a tomar rápidamente las decisiones adecuadas (aunque con suerte, serán adecuadas para el usuario). Pues ahora que Internet ha crecido en forma impresionante y hay millones de millones de páginas con información, conseguir la que buscamos se ha vuelto un verdadero desafío. En el siguiente capítulo de la Web – el 3.0 -- las actividades de los usuarios se analizan en detalle. Esas actividades incluyen una cantidad de conductas como comportamiento en el sitio, historia de compras, frecuencia y tamaño de pedidos, gustos y preferencias exhibidas al navegar la web. Además de recolectar información en tiempo real, la Web 3.0 es lo suficientemente flexible como para permitir a los comerciantes electrónicos integrar la historia del usuario – compras anteriores, preferencias y acciones con respecto a promociones y otros acontecimientos. Eso permite a los proveedores o minoristas online crear perfiles de usuario únicos sobre la base de esas historias, preferencias y conducta individual para generar recomendaciones personalizadas. Esas recomendaciones se hacen sobre datos reales que son exclusivos de esa persona. Actualmente se aprovechan las recomendaciones de otros, una inteligencia que no funciona para todos porque no toma en cuenta las preferencias personales y la conducta de compra del individuo. Esa característica tan particular de la Web 3.0, la capacidad de analizar en forma anónima y segura la conducta de cada visitante a un sitio web, es un punto que preocupa a los que plantean temas de privacidad, pero lo cierto es que hay muchos conceptos de un motor de recomendación que ya están funcionando y que no son tan temibles, opina Fleischner.El tema no es tanto analizar la conducta sino cómo se lo hace. Por ejemplo, si una persona compra un par de vaqueros cada dos años y el vendedor online conoce su hábito, no le enviará mail todos los días sino cuando sabe que puede estar pensando en comprar el otro par. Ese tipo de inteligencia puede hacer la experiencia de compra mucho más beneficiosa para el usuario final y más económica para el comerciante.

Fuente: Mercado.com

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