miércoles, 5 de agosto de 2009

www.tetengoqueentretenerynovender.com

Algunos hablan de indemnizame, de que vuelvanloslentos, de porlabellezareal, de una golosinanacional, de tenesolorapata, de tomaspecsi, y de miles de otras maneras de decir: te voy a hablar de cualquier cosa, menos de que te estoy vendiendo el producto.

Pareciera que ser creativo en el nombre de la URL es lícito. Que los anunciantes se atreven más en la web, en activaciones, en BTL. Pero no sólo por ponerle ingenio al nombre de un "hot site" sino por entender que para comunicar hay que distraer.

Los viejos "tips" de las agencias de investigación de mercado, como: "a cuantos segundos aparece el pack del producto", "o cuantas veces se menciona la marca"; parecen haberse olvidado por estos "sitios".

Tal vez la creatividad digital haya llegado también para ejemplificarnos que ningun consumidor quiere dedicar su valioso tiempo escuchando sobre productos, pero que a cambio de entretenimiento es capaz de hacerlo.

O los emocionás o los divertís, es la sugerencia para "robarle" tiempo al espectador. Y en la publicidad 2.0 esto se hace más evidente, hasta para el cliente más conservador.

En una de las últimas entregas del suplemento Si del diario, se presentaba una acción de comunicación lanzada por un UNICEF que me pareció que capturaba este valor de juego, en una categoria donde los temas son más serios que el probiótico que puede traer un nuevo yogurt.

"Dirty Water" es la acción del Proyecto Tap de UNICEF que denuncia la muerte de 4.200 chicos por día a causa de no acceder al agua potable.
La idea entonces fue instalar una "vending machine" o una de esas máquinas que por una moneda tiran una botella, con las distintas clases de aguas que existen en los países tercermundistas. Agua con tifoidea, con hepatitis, dengue, cólera; y así los distintos sabores.... Estas máquinas se instalaban en el medio de las calles de la glamourosa ciudad de Nueva York.

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¿Qué se pedía? Tomar conciencia y donar un dolar para darle a cambio 40 días de agua potable a cada chico que lo necesite.

¿Jugar con un tema así? ¿Por qué no se lo toman tan en serio como cuando algunas marcas venden un desengrasante para cocinas? Tal vez porque no importe el medio sino el fin. Cumplir el objetivo, llegar a la gente, hacer que el consumidor nos elija... Y para esto es fundamental entender que el tiempo de la gente se paga, y en el caso de los consumidores, se paga con risas o lágrimas.

Por Pablo Lezama

6 comentarios:

Anónimo dijo...

esto se podria definir como una falacia? al principio del articulo crei eso, pero ahora analizandolo más, pienso que el consumidor es cada dia más un ser con menos capacidad de pensar, le hace caso a cualquier publicidad que llame mas su atencion por medio de paginas sin sentido, comerciales vulgares y extremadamente marketistas.

saludos

angela

Sebastián Camiser dijo...

Hola Ángela. Realmente no creo que el consumidor no tenga la capacidad de pensar. No obstante, es innegable que actualmente se está aplicando una estrategia de distraer, y de eso no hay dudas. En este sentido, las marcas dejan de ser meras proveedoras de productas para pasar a ser proveedoras de sentimientos.

Saludos!
Sebastián

Anónimo dijo...

Y así lo creo, muchas veces la publicidad te hace pensar que necesitas cosas, que en realidad no las necesitas y que pasado un tiempo es como un pecado no tenerlas.

angela

Sebastián Camiser dijo...

Y así sigue este círculo vicioso... todo vale por un poco de posicionamiento...

Saludos!

Anónimo dijo...

y dinero, obviamente. Pero en sí, vale usar falacias para generar consumidores?
Veras que no estudio marketting y me parece qe me estoy mandando muchas piedras.

saludos

Sebastián Camiser dijo...

Hola Ángela. En este caso, este tipo de publicidades no apunta a "ganar dinero" sino a mantener o ganar cierto posicionamiento. Esto puede ser traducido en términos momentarios, pero lo más importante en este caso es asegurarse de seguir ganándolo. Por el otro lado, no me parece que sean falacias, sino formas en que las marcas se expresan. Aún si así lo fueran, es el consumidor quién lo valora define en última instacia.

Saludos!